Desde que era una adolescente en proceso me di cuenta que yo sentía a la música con colores. Y no sólo en la música es común que vea colores, sino también en los nombres o en los números. Por eso digo que mi nombre es tan azul como el número siete, o que para mí el nombre de Iván (por citar un ejemplo) es rojo. Exactamente no sé a que se deba el fenómeno, pero de lo que si me he dado cuenta es que la mayoría de la música que me fascina tiene colores oscuros o azules. La única canción colorida que me gusta es "All the things she said" y ahora que lo pienso no lo es tanto, es muy verde oscura. Me he estado preguntando porque me gustan las canciones con tonos oscuros (en cuanto a mi coloración imaginativa se refiere) y he llegado a la conclusión de que es porque son demasiado profundas y uno desea encontrar el fin de ese abismo que se va extendiendo a través de las notas que he coloreado. O tal vez…
mi lado perverso quiere salir jijiji.

(Publicado el 14 de julio de 2010 en el espacio de Windows Live)