Anoche descubrí que al ver anime, tengo sueños más intensos. Y muchas de las veces me comunican alguna historia capaz de transportarme a otra realidad. De los más comunes siempre han sido el fin del mundo, conjugado con haciendas, espadas y bosques. A veces, no los recuerdo del todo. Sin embargo, cuando se me presenta una historia nueva, el sueño resurge de mis más recónditos recuerdos, como si me dijera: Es mi turno, de mí debes contar la historia. Y así es como llego a mezclarlos. De vez en cuando, los anoto en mi diario, si es que me acuerdo de ellos. Otras veces no...dejo que fluyan y resurjan después.
Sin embargo, debo aclarar que cuando veo más anime, las fantasías oníricas se intensifican causando que perciba mejores aventuras y en ocasiones, ni quiera despertar. Es muy probable que sea a causa de que me conecto con algún anime, especialmente si la historia es atractiva. Porque también me ha pasado que no sueño con el anime en turno. Es como con los libros: te identificas con la historia y en medida de que te identificas, la haces parte de tí...En este caso, de los animes, se vuelven parte de mis realidades oníricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario